Propicio es este tiempo para disfrutar de una de las partes que mas aprecio de mi casa, ese hotel de mil estrellas que en invierno casi nunca pisas y que en verano, a las tardes y a las noches se convierte en mi parcela de cielo privada. Ese espacio donde poder tomar el fresquito, y la fresquita tranquilo, charlando, en compañía o en soledad. Un lugar despacio en esta vida rápida.
Pues la otra noche me encontraba en este rinconcito de mi vida, y sin querer atribuirme condiciones de filosofo, empecé al ilo de una noticia leída ese mismo día sobre el nacionalismo. Si, el nacionalismo, esa rara perturbacion mental y a veces física que se cura viajando, conociendo y viendo mas allá de donde apoyan las gafas. Los hay nacionalistas de su país, muy en boga desde que España gano el mundial, orgullosos de sentirse español y luciendo banderas que se atribuyen a todos sin serlas, estos nacionalistas me imagino que conocerán el origen de su patria, cuando se formo y porque. También los hay nacionalistas de su región, vascos, catalanes, gallegos y hasta andaluces, y estos a su vez tendrán claro donde, cuando y porque nacieron esas regiones. Y reduciendo a la unidad, digo yo que los habrá nacionalistas de su pueblo, o de su barrio como los trianeros, o de su calle como los jartibles de Torrescarcela........... pero todo tiene un origen, así que desde ahora doy por fundado el Partido nacionalista de mi cueva común, aquella donde los austrolopitecus pintaron animalitos, lanzas y guardaban el fuego.
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