La santísima trinidad de un espécimen típico del borracho de Velá. Uno de mis grandes pasiones es la observacion de fauna, y el ecosistema "Velá de barrio-pueblo" es un lugar idoneo para la contemplación del borracho de velá. El individuo en cuestión es solitario en principio, bebe botellines con un codo apoyado en la barra de chapa. Mas tarde, con el cuarto o quinto botellín, y al son de la musiquilla de fondo, comienza a socializarse y se va acercando aleatoriamente a los distintos corrillos de la caseta-plaza. Le da igual la música en cuestión, todo lo baila con el botellín cogidito con dos dedos pasitos cortos y aleteo de codos como con los pajaritos de Maria Jesus. Hay un momento critico en la vida del borracho de velá; cuando suena por primera vez algún tema de King Africa. Es entonces cuando cambia de palo, empieza a beber cubatas, pero no cubatas cualquiera, hay dos tipos de personas, los que beben Larios y el resto de mortales. El baile ya se acelera y se convierte en pseudocombulsiones o espasmos arrítmicos, con la camisa ya por fuera. Al igual que el gusano de seda, termina la metamorfosis cuando el "disyoki" pone paquito el chocolatero, es entonces cuando y es amigo de todo el mundo, especialmente del camarero (véase la foto). Una vez terminada la fiesta vienen la jarquea y con suerte todo termina con la buchaita...
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