Ya nos encontrábamos en Fuentes de Andalucia, con mas hambre que cansancio, mas calor que sueño pero mas sueño que ilusión. Tras almorzar emprendimos una infructuosa búsqueda de parque con sombra por el pueblo, pero nada de nada. Como no pudimos "reposá" la comida decidimos continuar la marcha con dirección a La Luisiana. El camino iba dejando atrás Fuentes mientras se adentraba por una parte de la campiña con muchas piedras, toboganes con mas subidas que bajadas, al menos eso parecía, y un calor insoportable sobre 35º y si una sombra a la vista. Encontramos entonces un eucalipto que parecía nos iba a servir como siestodromo improvisado, pero, ohh sorpresa, elegimos mal ya que junto al eucalipto había una charca y los mosquitos y las moscas nos impidieron pegarnos el siestazo, segundo intento fallido.
Seguíamos camino con la sensacion de habernos perdido, el camino parecía no transitado desde hace años y por momentos tuvimos que bajarnos de la bici al atascarse las alforjas con los cardos
Tras las dudas de orientación llegamos a La Luisiana donde paramos en nuestro oasis particular, la venta el volante..... agua por favor.
Desde La Luisiana hasta Ecija por el camino natural de la campiña, perfectamente señalizado y sin problemas de orientación. Al llegar a la sartén de Andalucia nos vimos con fuerza y pegamos un tirón de unos 20 km hasta encontrar el lugar idóneo para acampar, a las espaldas 120 km de jartura en bici, calor y mas calor, solo nos queda cenar algo, disfrutar del atardecer entre los trigales y descansar, mañana sera otro día.
Amanece pronto para nosotros, a las 6 estoy en planta y contemplo lagañoso aun el amanecer sobre el horizonte de la campiña. Calculamos que nos quedan unos 30 km hasta Córdoba, así que empezamos con ganas, hemos descansado bien y no hay molestias visibles. Continuamos por el camino natural de la campiña que terminara en La Carlota donde empieza la Vía Verde de La Campiña. Muy agradable el paseo casi cuesta abajo entre campos de girasol aun con un agradable manto verde que hace refrescar al menos la vista. Casi sin darnos cuenta empezamos a Divisar Córdoba y en un plis plas estamos en el centro de la ciudad, la juderia nos parece un remanso de frescor y satisfacción por llegar a nuestro destino, y la Mezquita es nuestra Meca a donde llegamos por fin.
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